Las orejas protegen
de infecciones el conducto auditivo del perro, por eso es tan
importante mantener una buena higiene.
La limpieza es muy
sencilla. Cogeremos un trozo de gasa y lo enrollaremos en el dedo, a
continuación limpiaremos la cara interna del oído sin profundizar
mucho para no dañar el oído interno. Retiraremos toda la cera y
suciedad acumulada al menos una vez por semana, de este modo también
veremos si el perro tiene algún problema y podremos solucionarlo
cuanto antes.
También es muy
importante el secado adecuado después de un baño, ya que la
acumulación de humedad puede provocar la aparición de bacterias.
Si notas que el
perro no para de tocarse las orejas, se rasca mucho la zona, agita la
cabeza o tiene mucha cera y supura, llévale inmediatamente al
veterinario, porque puede tener una infección u otitis.
En estos casos
puedes ayudar a desinfectar las orejas con una mezcla de agua y
vinagre (75/25%), procediendo del mismo modo que el explicado
anteriormente.
Si mantenemos unos buenos hábitos de higiene será más complicado que surjan problemas, además conoceremos mejor el cuerpo de nuestro perro y sabremos si algo no está bien.
Autor: Rubén Cordero
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